Con refuerzos en las medidas de seguridad, el Presidente, participó esta mañana en el acto del barrio de Once. Se promulgó la ley que decreta el 18 de julio como duelo nacional.
El presidente Javier Milei asistió este jueves al acto de conmemoración del aniversario número 30 del atentado contra la sede de la AMIA, ubicado en el barrio porteño de Once.
Su participación tuvo lugar luego de que el Gobierno declarara organización terrorista a Hamas, que el 7 de octubre atacó a Israel con un saldo de muertos y secuestrados, entre los que continúan en esa situación nueve argentinos.
Milei arribó por la mañana a la sede de la entidad de la calle Pasteur y se ubicó en la primera fila, frente al edificio. Estuvo junto a su hermana Karina Milei. Previamente habían llegado la Vicepresidente Victoria Villarruel, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri.
Como cada año, el acto en la AMIA comenzó a las 9.53 en coincidencia con el horario del atentado, cuando se hicieron sonar las sirenas, con la participación de familiares de las víctimas y presencias internacionales.
El listado de las delegaciones extranjeras que participaron de la ceremonia lo integran entre otras: AJC-American Jewish Committee; ADL-Anti-Defamation League; El Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (en francés: Conseil Représentatif des Institutions Juives de France) (CRIF); The Centre for Israel and Jewish Affairs (CIJA); Board of deputies of British Jews (UK); Executive council of Australian Jewry; Central counsil of jews in Germany.
El presidente de la AMIA Amos Linetzky enunció un duro discurso en el que cuestionó a la justicia por los pocos avances en la causa y al poder legislativo por no reformar las leyes. "Pedimos al nuevo Gobierno que la causa AMIA sea una verdadera cuestión de Estado".
El dirigente de la asociación reflexionó sobre el avance de la causa en los 30 años desde el atentado y responsabilizó al Estado: "Parece mentira que hayan pasado 30 años desde aquella fría mañana del 18 de julio de 1994. 30 años sin una sola persona respondiendo por este ataque, 30 años en los que el Estado argentino ha mirado para otro lado, colmado de falencias, demoras y errores, tal como fuera remarcado hace poquito por la Corte Interamericana de Derechos Humanos".